Gracias a todos vosotros ya soy Doctor.

No sé si es empezar la casa por el tejado, pero quiero notificar a la audiencia de este blog que el pasado viernes quien os escribe obtuvo el grado de Doctor en Farmacia. Por no extenderme, ya comentaré con más calma cómo fue todo. Pero Fueron bastante comentados por el tribunal, estos agradecimientos, largos, excéntricos o como queráis llamarlos, pero son mis agradecimientos. Lo que he sentido, os animo a que los leáis, son vuestros.

Agradecimientos:

Este es el enésimo intento por escribir los agradecimientos. No sé por qué este apartado está siendo una de las partes más costosas de escribir de la tesis. Bueno sí, lo puedo intuir, es la parte que domina el sentimiento, y han sido muchos los sentimientos en estos casi dos años y medio desde que comenzamos a diseñar el Estudio PALMERA en la cafetería de la Facultad de Farmacia de Burjassot. Creo que no se me olvidará aquella mañana con Dani en la vida. Espero, más me vale, que esta sea la definitiva. Espero, y esto es más importante, no dejarme a nadie, si por alguna razón se me olvida alguien ruego que me perdone, no fue a conciencia.

Uno sólo nunca puede, no podemos caminar sin los demás. Partiendo de esa premisa la presente memoria no puede empezar sin agradecer a todos los que han ayudado de un modo u otro a la consecución del objetivo. Voy a intentar, aún a sabiendas de que no lo voy a conseguir, no parecer Pedro Almodóvar cuando recibió el Óscar por “Todo sobre mi madre”, pero es que no me puedo, ni me debo, dejar a nadie. Sé que todo lo que escriba se va a quedar corto con alguna gente, intentaré ser lo más justo posible, aunque la gente a la que estaré eternamente agradecido sabe lo que siento.

El auténtico artífice de este proyecto no es otro que Daniel Sabater. Él me empujó a llevar el proyecto a cabo, a diseñarlo. Él es quien me ha sufrido a cualquier hora, por cualquier circunstancia y en cualquier lugar, y lugares ya han sido unos cuantos. Para cualquiera que conozca a Dani sabe que cualquier camino a su lado es más llevadero, y así me he sentido yo, dirigido por una persona que domina el tema a la perfección (no en vano el también pasó lo suyo para ser doctor) y que además tengo la suerte de contar entre mis amigos. No encontraré, por mucho que escriba cientos de páginas o que hable durante días, palabras suficientes para agradecer su ayuda. Sabe que puede cobrarse la deuda eterna que tengo para con él en cualquier momento. También sabe, si en su masoquismo no ha terminado lo suficientemente harto de mí, que puede contar conmigo para cuantos proyectos decida emprender (esperemos que sean muchos). El otro padre de la criatura es Fernando Martínez, su ayuda ha sido inestimable, con su trabajo y apoyo para que todo haya funcionado en los momentos en los que ha tenido que funcionar. Además, con sus apreciaciones, siempre en pos de lograr un trabajo mejor, hemos conseguido que, como dicen por tierras granadinas, quede un trabajo bastante “apañao”.

Siempre llevaré en mi corazón al pueblo de Palmera, esa población con la que convivo y en la que trabajo, y que tan amablemente se prestó como muestra, llevándose el maletín azul debajo del brazo o viniendo las veces que hicieron falta para medir su presión arterial. No puedo dejar de agradecer a los médicos que con su inestimable ayuda han hecho posible este trabajo Jesús Monzó, Mercedes Dillet, María Concepción Aparicio y Martine Guillard. A ellos, y al equipo de enfermería del consultorio de Palmera: Gracias.

También tendrá siempre un hueco especial Granada y su Universidad. No me puedo olvidar de la gente del Grupo de Investigación en Atención Farmacéutica de la Universidad de Granada, a ellos les tengo que agradecer el apoyo y la acogida. Especialmente a Narj, a la que le queda muy poquito para ser doctora, a la Dra. María José Faus, artífice de este maravilloso movimiento, a José Pedro, “hasta la próxima pajarraca”, a Jaime, mi futuro socio del sur, a Miguel Ángel Gastelurrutia, que sé que se alegrará mucho por mi doctorado, y a Victoria, la reina del Buenas Noches Santander. Un recuerdo muy especial para Elle, cuya ayuda ha sido fundamental para la traducción y edición de parte de nuestro trabajo. Pero también sería injusto no acordarme de Inés, de Ana Moreno, por estar siempre al otro lado del teléfono o del mail, de Ana Ocaña, de Emilio, de Mercedes, y de los demás.

En el capítulo personal, es justo reconocer que todo el trabajo no hubiera sido posible sin mis dos pedazo de progenitores, que diría Chiquito de la Calzada (si me paso de gracioso podéis llamarme la atención). Mi madre por ser el ejemplo, todavía en mi infancia, de la lucha por el Doctorado, por su trabajo incansable, a cualquier hora del día. Mi padre por la entrega, por el empeño en captar paciente a paciente, por su sacrificio silencioso. Ambos han sido comprensivos en cualquier momento con todo lo que conlleva el camino recorrido: congresos, reuniones, llamadas interminables… Por todo ello, y por tantas cosas más que no vienen muy a cuento en este momento: GRACIAS. No es menos lo que le tengo que agradecer a mi hermana Blanca, que también ha sufrido su parte en este camino, que también ha estado apoyando en cualquier momento y ha remado pese a estar en Valencia preparándose para ser una de las mejores arquitectas del futuro.

De mi Anita que voy a decir, quizás es quien más ha aguantado, porque ha sido quien ha sufrido mis desahogos, quien se ha emocionado con la aceptación de cada artículo o con cada pequeño logro conseguido, quien me ha abrazado para acallar la ansiedad y los nervios en los momentos más complicados o quien ha padecido en silencio las noches o los fines de semana de trabajo. Tú lograste tu sueño en abril y yo, unos meses más tarde, voy a lograr el mío. Nos queda muchos sueños por soñar, y, por supuesto, por vivir juntos.

No puedo olvidarme de mis abuelos, los presentes, Carmen, Rafael y Joaquina, y el ausente, Pepe, porque ellos me han visto sufrir y sé que han sentido como suyo cada logro y cada tropiezo. Agradecer también a mis tíos, Ana, María, Rafael, Pepa, Eduardo y Maribel, su interés, su afecto y su cariño durante todo este tiempo. Y como no, a mis queridos primos: Rafa, María, Edu y Jaime. A todos ellos: Gracias, esto, como todo lo que pasa en nuestra Gran Familia, también es vuestro.

Don Vicente Fayos, el tío Vicente, también se merece un sonoro agradecimiento. “La família és fer-se”, dicen en mi pueblo, y así es como me vienen a la cabeza, más bien al corazón, los ausentes: Tereseta, el Tío Rafael y la Tía Rosario, a quienes también debo parte de lo que soy, y por tanto, este trabajo.

De mi legión de amigos qué voy a decir… han estado ahí pese a mis ausencias en los dos últimos años y han seguido regalándome esos ratos fantásticos que solemos compartir. A todos vosotros, ahora os nombraré (no penséis que vais a salir de rositas), perdón y gracias.

Aleatoriamente, hay que intentar aleatorizar siempre que se pueda, comenzaré por agradecer a los incondicionales de la facultad el apoyo mostrado: Luis, que va a ser de los próximos en investigar sobre hipertensión en la farmacia, Andrés, Marta, Peñita, Neus, Edu, Mónica, Richard, Marina, Monty, Sandra, Bea, Rodolfo, Marisa, Esther, Rober, Carmen, Óscar, Cuca, Luis, y Amparo, que me ganó la partida siendo la primera doctora del grupo, por el bando de las chicas. En este párrafo voy a meter, por alusiones, a Emilio Pérez, al que prometo no volver a preguntar más por el título de su tesis (aunque os animo a que lo hagáis), y a Joaquín e Iliana, que tan bien nos trataron al Dr. Sabater y a mí cuando viajamos a Milán.

Mención también para Carmen, a quien le he robado muchas sesiones de cine por la tesis, a María y a Freddy, con su pequeño Daniel, a Eva, incondicional donde las haya y a Fornés y a Mónica. A mis amigos de la Concha: Germán, Fran, Álex, Gimeno, Ricote, RafaEL, Pascu, Carlos o Lolilo, compañeros de tantas y tantas batallas en Valencia y en cualquier lado, y sobretodo amigos después de tantos años. Sin olvidarme de sus respectivas: Carme, Paula, Tania, Teresa, las dos Patris, y Pilar María. Un “gracias” bien grande también para la gente de la playa: José, Pedro, Kenny, Nuria, Luci, las Gemes, Ani y muy especialmente de Alejandro. También os debo unos cuantos ratos veraniegos.

Y como no, acordarme de la “cuadrilla” de Pego: Ferran, Anna, Bati, Raquel, Franqueza, Laura, Juando, Marisa, Juanjo, Sandra, Edu, Juani y la pequeña Judit, Amparo, Fillol, Nando, Estefa y Enzo, Paqui y Paco, Jairo, Puri, Iván, Miguel, María, Salva, Noelia y la guapísima Julia, Pablo, Ángela, Vicky, Artur, Moya, Alessia, Carles, Helena, Salva y Patri. Prometo pagar una paella para celebrar la tesis como mandan los cánones.

He tenido un ejemplo de lucha y superación en el Gandia Bàsquet, no es fácil explicar todo lo que ha pasado el Club de mis amores en lo que ha durado mi tesis, pero hemos pasado de estar en la élite, a descender por temas económicos (y desidia política) y a volver ascender en las penurias más inimaginables que vuestra cabeza pueda albergar. He tenido un ejemplo en Víctor Rubio y en todos sus jugadores, pero también he luchado, he sufrido y he gozado con mis amigos del Front Pixaví: Joni, David, Borja, Pauet, Marzal, Jorge, César Banyuls y #elchamánteama. A todos vosotros: Gracias.

Como ya he dicho, estaré eternamente agradecido a Granada, a la ciudad que un día me albergó y en la que fui tan feliz junto a mis compañeros de Máster, y batallas granadinas: Juan Carlos, el verdadero tiburón, a Leti, compañera de fiestas incansable, y Javi Corcuera, que a ver si no nos vuelve a abandonar en ningún FIB, a José Compadre, Eva, Cristina, Sergio, Álvaro, Conchi, Elena, Ana, Eronice, María, la otra María y a todos los demás. A Cristina también le tengo mucho que agradecer en todo este enredo.

Los Denia también merecen que se reconozca su apoyo durante todo este periplo doctoral. Agradecer también el afecto y la acogida de los amigos “adoptivos”: almanseños, médicos y exresidentes del María Inmaculada.

No quisiera terminar sin acordarme de Rosa Prats e Inés Roig, compañeras cercanas de lucha en el camino investigador desde la farmacia comunitaria, así como de Marieta Bertó y toda la demás gente de Apothecaris. Sería injusto olvidarme de “mi” familia Sabater: de Patri, de Goretti, Jesús, Sara, Poli, de Nirma, del tío Pedro, ya medio gandiense, y de Pepe. Familia verdadera de mi mentor y director, pero familia de adopción en momentos importantes para mí.

Por último, por si hay alguien llorando como una Magdalena, quiero agradecer la compañía, la motivación y los ánimos a los hermanos Gallagher, volved ya y dejaos de maniobras comerciales, a los Franz Ferdinand, Arctic Monkeys, Arcade Fire, The Strokes, The Rolling Stones, Bruce Springsteen, Nacho Vegas, Vetusta Morla, Quique González, Deluxe, Andrés Calamaro, Van Morrison, FIto Cabrales, Leonard Cohen, Tom Waits, The Killers, Kings of Leon, a Los Petersellers, a The Beatles y, como dicen en el cartel del FIB, muchos más. Hablando de FIB, a este festival también le debo buenos ratos, buenas anécdotas y muchas ilusiones durante los años de trabajo. La música amansa a las fieras y alegra el corazón.

También es justo reconocer su mérito a Paul Auster, Ferran Torrent, Stieg Larsson, Dostoievski, Jorge Molist, Ildefonso Falcones, Louis Ferdinand Celine, Agatha Christie, Camilo José Cela, Alessandro Baricco, Juan Manuel de Prada o mi buen amigo Juan Granados. Autores de libros que han amenizado mis ratos libres durante el presente trabajo. Y como no, al cine. Gracias a Woody Allen, Billy Wilder, John Ford, George Lucas, Peter Jackson, Francis Ford Coppola, etc. El cine es el resumen de todo, las miserias y las alegrías de la vida. Por otra parte tampoco me quiero dejar al Dr. Gregory House, a Dexter Morgan ni a Barney Stinson, que me han servido de distracción muchos de los días de trabajo.

Al Hattrick, juego que ha sido mi vía de escape, también agradecerle que exista, más bien a los suecos, que algo hicieron bien además de inventar el Ikea. Como no, a Los Mundos de Josete, una pasión en forma de blog. A mis lectores les debo también ausencias, espero tener más tiempo ahora que seré doctor. Y a toda la familia twittera del mundo de la farmacia, ellos también han animado en cada momento y me han hecho crecer como farmacéutico.

Espero no dejarme a nadie, le doy Gracias a Dios por todos. El sueño está cumplido, y es gracias a vosotros. Os quiero.

Josete.

Buenas Noches y Buena Suerte.

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4 comentarios:

De todo y nada dijo...

Bonitos agradecimientos! Ha sido muy inspirador para mi en estos momentos de incertidumbre predoctoral (y pre-máster también!!).

Josete dijo...

¡Gracias! Pues nada... a inspirarse y a currar, busca tu motivación donde sea.. Ánimo!

Laura dijo...

"Uno sólo nunca puede, no podemos caminar sin los demás". Una frase molt bonica i visual. Agrair-te també a tu, ser com eres, i recordar-te que tu també ens acompanyes en alguns dels nostres moments. Gràcies.

Josete dijo...

Gràcies Laura!
Els agraiments del llibre són la darrera cosa que escrius, i em va costar una barbaritat. Però no volia deixar-me a la gent que m'ha espentat cap a l'objectiu.
Pren nota de la paella, que no m'escaparé..
Gràcies altra vegada!