Asesinar ya no es lo que era.

Asesinar ya no es lo que era. Ahora se ha puesto de moda cargarse poblaciones enteras, inmolarse y cosas así. ¿Dónde han quedado esos asesinos elegantes que no dejaban huella? Esos asesinos de guante blanco, sigilosos, pulcros… ¡Que parecía que los matara Don Limpio! Pero ahora ya no. Ahora hay que dejar desperdicios por toda la casa. Que se note que ahí ha habido un asesinato. ¡Y luego se quejan de que los cogen! Pero si es que yo me puse a ver una serie de estas americanas (por aquello de que los americanos marcan tendencias… en cine, en tecnología, en asesinatos…) y ¡vamos!, ni aún con policías cojos, se escaparían.

Para empezar, los asesinos americanos deben de haber salido de un centro de alopécicos. Lugar donde matan, lugar que está lleno de pelo. Que al final no sabes si le ha matado su vecino o su gato. Si es que te dan ganas de hacer una colecta para comprarle una maquinilla para que se rape el pelo, que total, no se tarda na’ y no vas dejando pistas. ¿Ves? Estas cosas a Don Limpio no le hubieran pasado.

Luego está el tema de las huellas por toda la casa. A ver, que yo esto lo entiendo, porque cuando vamos a casa de alguien, lo primero que hacemos es ir directamente a la estantería donde está la colección de CDs y de DVDs; pero para rajar de ella. Tú empiezas a mirar la colección tranquilamente hasta que saltas: “¿De verdad te compras los CDs del Melendi originales?” “¿Waterworld? ¿En versión extendida? Vamos, no jodas. Por favor, dime que te la regalaron”. Vamos, estoy convencido de que los asesinos obligan a sus víctimas a oír como rajan de sus gustos antes de matarlas. Incluso hay gente que va más allá: yo tengo un amigo que le encanta mirar a ver qué hay en la nevera nada más entra en mi casa. Que mirándolo por el lado bueno… igual querrá matarme, pero mientras tanto se preocupa por mi salud.

Pero no nos desviemos. Si dejar la casa llena de pistas no fuera suficiente, luego tenemos el detalle de que el asesino para llegar hasta la casa no usa un Renault Twingo, no. El tío va con un Masseratti RFT 3550 (importante que detrás de la marca del coche se pongan letras y números aleatoriamente para indicar que es un coche de calidad de la buena). Y claro, el coche ese lo tienen 2 en todo Estados Unidos. Además mientras que otra policía de cualquier otro país se la jugaría a cara o cruz, allí la policía utiliza otro sistema mucho más sofisticado: cuanto más negro, más culpable. Y esto por no hablar de dónde viven. Que el tío no vive en un piso de las afueras no… sino que tiene su chalet en el que ya puedes ir un martes a las 9 de la mañana que están todos sus colegas (desde párvulos hasta secundaria) bañándose en la piscina. Se ve que allí en Estados Unidos no trabaja nadie… claro, con esto de la crisis…pues no hay trabajo, y todos de ocio.

Sin embargo, aún se podría dar el caso de que ninguno de los anteriores supuestos se produjera. Pues no pasa nada. Como rezaba un antiguo anuncio: “El algodón no engaña”. Concretamente, las camisetas de algodón. Porque eso sí, ya puede ser el asesino más rico del mundo que tiene menos variedad de vestimenta que un personaje de los Simpsons. Da igual que les cojan el mismo día o 3 días después que siempre van con la misma ropa… y claro los manchurrones de sangre, pues te delatan. Que yo pienso, vale que no te cambies… pero ¿cómo coño lo hacen para que sus madres les dejen salir con la ropa manchada? ¡Si una madre ve las manchas incluso antes de que estén! Eso sí que es un verdadero misterio que ningún poli podrá nunca resolver.

En fin amigos, que si algún día vais a matar a alguna persona (o a un árbitro…), pues hacedlo con estilo, porque para hacer un estropicio mejor os quedáis en casa, enchufáis la tele, ponéis las noticias y veis que igual no hace falta que se hagan más estropicios.

Borja, borja@losmundosdejosete.com

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