1Q84. Por qué me harté de Murakami y no terminé el libro.

Con media mundo saliendo de vacaciones es el momento en el que las páginas, semanarios y blogs nos lanzamos a recomendar libros como locos. Pero hoy voy a hacer lo contrario: no recomendarlo. Hace años me hubiera dado pudor confesar que abandonaba un libro, y más ante vosotros. Por supuesto que he abandonado libros, aunque no es lo que suela hacer, pero 1Q84 de Haruki Murakami logró colmar mi paciencia y abandoné poco antes de finalizar el segundo libro. Mi particular “proeza” tiene el “mérito” de haberse producido con un best-seller mundial. Todo un récord de ventas. Ya sabéis que alguna vez se ha hablado de Murakami en el blog.

Cuando comienzo una novela procuro recibir la menor cantidad de información posible sobre ella. Huyo de spoilers y, como mucho, pregunto o leo a gente de confianza (llamemos confianza a ciertos blogs o publicaciones que durante el transcurso de los años así me lo han demostrado). No, en ninguna parte leí que 1Q84 fuera una novela fantástica, no de sensacional, sino basada en fenómenos fantásticos. Ni siquiera el primer libro me hizo entrever el viraje que se iba a producir hacia una historia ininteligible y demasiado rocambolesca. Lo cual no es malo, pero es un fraude cuando más de la primera parte de la misma no dejan entrever ningún atisbo de fenómenos extraños.
Pero bueno, comencemos por el principio. Un joven imparte clases de matemáticas en una academia. Su nombre es Tengo. Aparentemente es un escritor que aspira a triunfar en el mundo literario. Vive solo, sin compromiso. Escribe en la intimidad y aspira a la gloria con alguna de sus novelas. Su editor se aprovechará del joven, aparentemente fracasado, que sigue esperando su oportunidad mientras da clases. Pronto le llegará un encargo envenenado que cambiará su vida.
Por su parte, la otra protagonista de la trama, Aomame es una joven instructora de artes marciales que cumple, en secreto, con el encargo de una rica señora con la que comparte un deseo: acabar con hombres que han maltratado a mujeres. Aomame vive sola, sólo disfruta del sexo cuando lo hace sin compromiso y no se ata.
Ambos caminos estarán marcados por un libro La crisálida de aire, que se publica revelando secretos de un grupo religioso, una especie de secta que pronto comenzará a realizar movimientos para impedir que se sepa más sobre su actividad.
No todo es negativo. La novela, en muchos pasajes, es puro Murakami: buenos diálogos, personajes elaborados y retrospectivamente bien definidos. Y los elementos típicos de todos sus libros: Pasión, sexo, jazz, música, inquietudes y reflexiones. Hasta aquí todo hace indicar que estamos ante un trabajo fantástico llevando al lector a lo más profundo de los personajes. En eso Haruki Murakami es de los mejores, y así queda patente en muchos fragmentos de 1Q84.
Pero falla, defrauda acabar encomendando la resolución de la trama a fenómenos paranormales, poderes de ciertos personajes (no os cuento más para no estropearos la trama). A lo mejor no esperaba ese final, aunque hay tramas en las que intuyes que el autor no sabe cómo desenmarañar, y en 1Q84 Murakami pierde todo el poder creado a lo largo de una gran trama de suspense creada a lo largo de muchísimas páginas.
Será que soy un aburrido y eso de los universos paralelos no me va. Pero, de verdad, sigo esperando a que alguien me explique el porqué de todo esto. Quizás no sea Murakami, pero sí alguno de vosotros quien consiga sacarme del atasco y el tedio que me llevó a abandonar 1Q84 y a escribir esta entrada para recomendaros, por vuestro bien, que no leáis la novela.
Leí 1Q84 en formato Kindle. La novela está publicada en España por  Tusquets Editores. Publicada en japonés se lanzó en mayo de 2009 y fue traducida por Gabriel Álvarez Martinez.
Buenas noches y buena suerte.








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