14º aniversario de Los Mundos de Josete. Vais a ver qué adolescencia.

 Yo no sé si al lector medio de este blog, si es que se puede decir que en la era de la  inmediatez existen lectores medios como prototipo de persona que lee blogs y le gusta disfrutar de textos de aspirantes a columnistas de andar por casa, le importará mucho que hoy sea el 14º aniversario de Los Mundos de Josete. Catorce años desde la primera emisión en blogger, lo de antes se perdió cuando se cargaron Windows Live Writer. Sin embargo, para quien escribe, edita, mantiene, publica, lleva las redes sociales, y pasa el sombrero, hoy es un día importante. 


And what the writers say

It means shit to me now

The general specific, Band of horses.


¿Un día perfecto?


Aún no son ni las 8 de la mañana y sonaría pretencioso plantear que hoy puede ser Un día perfecto. Quizás a las 23:59 podríamos aseverarlo con una gran dosis de parcialidad. Pero en esta época de las cosas cuquis los días perfectos los creas tú. Y si no, eres un looser, todo muy americano, lo de perdedores y ganadores. Ying yang y tal. Ya sabes, sonríe y sube fotos, porque si no no eres nadie. Aunque no seas nadie. 


Recuerda que nos importa más el continente, y no hablo de grandes extensiones de tierra ni de seguros, que el contenido.


Hoy es un dia perfecto

La gente perfecta va salvar el mundo

Un día perfecto, La habitación roja.

El mundo hace 14 años.


Alguien puede pensar que escribir por escribir está sobrevalorado. Evidentemente, hace 14 años se leían más blogs. La gente no hacía el ridículo en Tik tok o en los reels, ni había boomerangs ni youtubers facturando millonadas y huyendo a países donde la fiscalidad es tu amiga. 




La verdad, sin que vuelva a sonar pretencioso, de haberlo sabido estaría haciendo bailecitos en bata, o regentando un canal con vídeos en directo.


Pero, oh nena, esto no es Andorra, ni siquiera es Benidorm. Y cada uno toma sus propias decisiones. 


Life for you could be so easy

If you'd only shut your mouth

Baby don’t you lie to me, The Fratellis.


No es la política, idiota.


Dejar de hablar de política fue una de las primeras y más afortunadas que tomé en este blog: hay textos que ni me atrevo a abrir. Porque como tantos filósofos, y algún humorista patrio pregona, el derecho a la contradicción está mal visto en tiempos de fundamentalismo de las ideas. No es polarización, es puro fundamentalismo y falta de debate. Faltan las ideas, no puede haber debates, o serán de calidad “dudosa”. Y ahora que vengan toda esa horda de politólogos que pueblan los platós de televisión a rebatirlo. Aburren y entretienen a la vez. Pero en el fondo: la nada.


Habrá que inventarse una salida,

ya no hay timón en la deriva.

La deriva, Vetusta Morla.


It’s not coming home.


En esta especie de mea culpa, como si de rodillas ante un confesor me encontrase, que está suponiendo esta “celebración” del 14º Aniversario de Los Mundos de Josete, casi también me arrepiento de haber hablado de fútbol en este blog. El deporte como espectadores, entendido como afición al deporte (matizo por si los ofendiditos geypermans se dan por aludidos), esconde esa épica que nos emociona y nos atrae.


La política y el deporte guardan muchas similitudes porque en esta sociedad del siglo XXI, hablo de la prepandémica, claro está, somos de unos colores. Poco más. A mí déjenme con mi Valencia, cada parroquiano tendrá su santo, ni las flatulencias de Cristiano ni el salario de Messi me interesan lo más mínimo.


Fatiga pandémica, why not?


Y hablando de pandemias, en el último aniversario del blog mirábamos a quienes advertían del apocalipsis vírico con un ojo incrédulo y con el otro como quien mira a un conspiranoico, esta tragedia por fascículos ha arrasado con la música, hasta con la radio, diría.

 

Vaya desde aquí mi ánimo a toda la gente de la cultura y la música, la de verdad, no me vengan con apesebrados de cierto espectro ideológico que llevan sin aportar nada relevante desde que Ramoncín tenía espinillas.


Por supuesto, también nos han dejado sin viajes, y alguien pudiera pensar que se ha acabado el mundo. Y no, el mundo sigue ahí y volveremos a viajar. Disculpen, me estoy convirtiendo en una amalgama entre Macaco y Mr. Wonderful que empieza a ser cansina. Pero sí, sin viajar el mundo es un poco más corto de miras. Y eso a algunos les ha dado la puntilla.


Picking apples for the kings and queens of things I've never seen

Oh, distance has no way of making love understandable 

Radio Cure, Wilco.


No disparen, no estoy hiperespecializado.

Claro, para una bitácora, cómo me gusta esa definición en tiempos en los que escribir a mano también es observado como si llevases la cabeza de Salomé en una bandeja, hablar de diversas temáticas no tiene premio.

Aquí hemos hablado de sitios donde íbamos a comer, sin tener en cuenta que esos negocios cambian de dueño o se traspasan con facilidad. Vamos, que no hemos ido por la pasta. 


También hay perfiles de gente que hoy vive de ello, en realidad siempre hubo gente que vivía de ello. Pero no era tan fácil llegar aquí.


Ingenuidad, vivir alejado de la realidad, poca practicidad. Ustedes dirán. En estos tiempos del pim, pam, pum,  en los que juzgamos antes de la instrucción y comentamos sentencias como si fuésemos juristas o contertulios, politólogos o forofos en la barra de nuestros anhelados bares.

Ingénue what have we done to you?

Under that soft skin

I hear a ticking

The currency of being twenty-three

Ingenue, Death Cab for Cutie.


De qué hablar.

No hemos estado por la pasta, como hemos dicho. Ni siquiera a día de hoy lo estamos. Pero el camino ha sido entretenido. Aprendiendo a golpes, como quien domina, por fin, el noble arte de montar en bicicleta.


La verdad, no siento presiones de ningún tipo. Bueno sí. Me gusta que los textos se lean. Me alucina recibir comentarios. Hay un universo de cosas sobre las que escribir. 


Todo ello sumado a la potencia de internet, a que hay herramientas poderosas que te ayudan a construir textos, o al menos a ordenar ideas.


Lo cierto es que la verdad está ahí fuera. Puede usted escribir lo que quiera, elige tu propia aventura.


Don't you know

They're talking about a revolution?

It sounds like a whisper

Don't you know

Talking about a revolution?

It sounds like a whisper

Tracy Chapman, Talking ‘Bout a revolution.


A ver si cumplen 14 años.


Hay un hueco, inevitable e irrefutable, en este blog para la música, pero también para el cine, pero, y últimamente me estoy hiperespecializando (disculpen las molestias), en hablar sobre libros. Esto no es Zenda, no se me enfade, don Arturo, pero todo se andará. 


No va a ser sólo de lo que hable, faltaría más. 


La verdad es que tras todo este texto bizarro e ininteligible hay un deseo, que se repite en los últimos años, cuando os aburría con datos sobre el ombligo de este blog: tener más tiempo para escribir. Como en aquel lustro prolífico que abarcó de 2008 a 2012 con más de 100 entradas al año. Es utópico. Pero a mí, esta hora que he estado escribiendo lo primero que sentía tras cada signo de puntuación me da la vida.


Y prepárense, viene una adolescencia interesante.


Oh look at me, so ordinary,

No mystery with no great capabilities

But I could make out as if I had it but you know

God, I'm so obvious and I should let it go

Oh I don't know, oooh

Teenage Icon, The Vaccines.




Larga vida a Los Mundos (de Josete).


Buenas noches y buena suerte.


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