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Hoy traemos la crítica de A propósito de nada, la autobiografía de Woody Allen. Un libro rodeado de polémica, que he degustado a ratos, a trocitos. Sin darme un gran empacho. Ya que estamos ante una autobiografía, que no es mi género favorito.


La autobiografía de Allan Stewart Konigsberg, nombre real del director y actor neoyorquino, nacido el 1 de diciembre de 1935, se publicó en 2020. No es necesario mencionar que la biografía que uno mismo escribe debe ser la “oficial”, lo digo por aquella coletilla de “biografía no oficial”. 

Woody Allen, libro autobiográfico de Woody Allen

Los líos judiciales de Woody Allen, una aclaración previa.

No sabemos cómo juzgarán nuestros hijos a nuestros héroes. Si alguno de sus héroes es su padre tampoco sabemos cómo lo harán. Supongo que tendemos a creer a nuestros familiares por encima de todo.


Habrá quien haya comprado, o quien comprase, o quien comprará este libro por todo el follón de Mia Farrow, Soon-Yi,  las acusaciones, los juicios, los supuestos o falsos abusos, etc. A mí me fastidiaron la lectura. Y no porque no me parezca grave una acusación, o varias, de abusos, o una persecución inventada (todo presuntamente), sino porque aunque entiendo que el autor sienta la necesidad de dar su versión en su autobiografía, donde las únicas voces que intervienen son la suya propia y la de su editor, pero no para “censurar” lo que diga o deje de decir.


Para esta crítica de A propósito de nada de Woody Allen quisiera matizar que en mi caso no leo una autobiografía de un cineasta para saber sus líos judiciales. Habrá gente a quien le fascine, a mí no. Prefiero reír leyendo sus historias de infancia o de su primera esposa con sus chascarrillos, imaginando que es su voz en off la que está leyéndome el libro.


Entiendo que haya quien lea el libro por esta truculenta historia. Lo respeto, más bien. No voy a emitir excesivos juicios al respecto porque quien aquí comparece lo hace en calidad de crítico aficionado a la literatura, al cine y a la música, algo que en Allen se conjuga, no a los debates morales. Para eso, si me animo, dedicaré otra entrada.



Woody Allen, una vida no tan excepcional (según el propio Allen)

Desde el punto de vista de un aficionado al cine, al cine de Woody Allen, a sus libros y a las comedias, el libro me ha hecho pasar ratos muy agradables. No estamos ante un libro imprescindible, salvo que cumpláis las mismas premisas que yo. 


Es una autobiografía. El género biográfico es lo que es, y está destinado a personalidades influyentes, que marcan una época. Woody Allen cumple estas premisas.


El propio Allen narra su infancia en el barrio, sus peripecias, su poco amor por la lectura, al contrario de lo que sucedía con su hermana. Iba al colegio, no destacaba, le fascinaba la magia, como luego pudimos comprobar en algunas de sus cintas.


Es divertido leer como alguien compone su nombre artístico. Han existido muchas teorías sobre ello, pero la realidad, casi siempre, se muestra bastante alejada de todas esas especulaciones. Los seres humanos preferimos la fantasía pero el bueno de Woody empezaba a colar frases en textos, monólogos y secuencias humorísticas y simplemente buscaba un nombre para el mundo del espectáculo.


A los 16 ya se pudo comprar una máquina de escribir Olympia portátil, con la que sigue mecanografiando (este tipo no usa ordenador para sus guiones).


Poco a poco comenzó a escribir y a ganar dinero, al principio poco, luego mucho. Se fue codeando con guionistas, humoristas, y al final tocó techo. Empezó a girar con grandes del espectáculo y se consagró con un estilo propio que luego trasladó a su cine.


A día de hoy, Allen ha escrito guiones, libros, películas, cuentos, casuals publicados en The New Yorker, monólogos, etc. Todos escritos con máquina de escribir, o eso se cuenta.


Hay pasajes hilarantes, como el hecho de ser rechazado para el servicio militar por morderse las uñas en el examen médico realizado por un psiquiatra. Ya tenemos algo en común quien escribe y el famoso cineasta, aunque su primera esposa logró que lo dejara con posterioridad.

Sus gustos artísticos: música, cine y humor.

Entre las confesiones tempranas del cineasta norteamericano, prefiere Chaplin a Keaton, no se muestra encantado con Con faldas y a lo loco, ni le gusta ¡Qué bello es vivir! pero sí se muestra afán de los musicales como My Fair Lady y Cantando bajo la lluvia. Justo a la inversa de quien escribe esta reseña.


Allen también nos habla de sus gustos, no terminó nada de Henry James, le gustaban Hemingway y Camus y le maravillaron Thomas Mann y Turguénev.

La música.

En A propósito de nada Woddy Allen nos cuenta su vergüenza a la hora de tocar, cómo su faceta musical, cómo el jazz y su clarinete, le han llevado a giras por Europa, a ciclos de conciertos por los Estados Unidos, al Jazz Heritage, y como Gene Sedric, clarinetista de Fats Waller le abrió la mente y los oídos. Todo esto cuando él ya era un cómico en alza.

Su vida como cómico.

Los inicios de un cómico de esta envergadura son muy curiosos. Y esta es quizás una de las partes más divertidas e interesantes del libro. Aprender, leer, cómo empezó escribiendo pequeños gags, y su ascenso meteórico al lado de los más grandes del humor en los Estados Unidos a través de viajes, conversaciones, etc.


El cine.

En la página 29 hay un punto que quizás pase desapercibido para muchos lectores, pero que me atrapó. Woody Allen nos cuenta como en El dormilón se imagina que es Blanche Du Bois en Un tranvía llamado deseo y Diane Keaton hace una imitación perfecta de Marlon Brando.


En A propósito de nada Woody Allen nos muestra cómo muchas de las escenas más icónicas de sus películas, y algunas menos icónicas, no son más que guiños de otras películas u obras artísticas que le marcaron. 


Qué gozada, poder homenajear así al mejor cine, ¿no?


Lo cierto es que Woody Allen confiesa en el libro que hace décadas que vive ajeno a la crítica. Supongo que le llegará por sus productores, que son quienes están más preocupados por la economía y la taquilla, que depende, en gran medida, de esas opiniones vertidas en medios especializados.


Como la autobiografía transcurre cronológicamente, permite ver sus altibajos, su relación con la Industria del cine: productores, actores, actrices, sus líos con ellos y ellas y sus opiniones. Porque si algo no hace el famoso director es escatimar elogios o críticas. Algo que al lector le encantará, a buen seguro.


Alec Baldwin, Elaine May, Penélope, Scarlett Johanson. Opiniones muy interesantes, como la que tiene de Joaquín Phoenix. Es de agradecer la sinceridad de Woody Allen a lo largo de A propósito de nada.


El papel fundamental de David Merrick en las primeras películas de Allen, sus inestimables consejos, las historietas tras Tócala otra vez, Sam. Los errores en un aspecto tan fundamental en la filmografía del director como la música en Toma el dinero y corre, solventada por Harvin Hamlisch, que luego fue un renombrado compositor. 


Son decenas de anécdotas deliciosas. Y en ese punto el lector cinéfilo va a gozar. Como la elección del título de Annie Hall. No quiero desvelar más para no anticipar más del libro.


Otro de los puntos más interesantes es el análisis que el director realiza del éxito de algunas de sus películas y los fracasos de otras. Y es que el público reacciona de maneras bien distintas a sus películas y depende, también, de la localización del mismo. Especialmente curioso es el caso de Manhattan, tan icónica pero con un montaje que no dejó satisfecho a Woody Allen frente a la opinión de United Artists.


El repaso por sus obras es totalmente completo, y seguro que disfrutais rememorando todas sus películas y conociendo más sobre su intrahistoria.


Una confesión hacia el final del libro me fascinó:

“Escribir me gusta más que rodar, porque rodar es un trabajo duro y físico bajo un clima caliente o frío en horas infames que requiere un millón de decisiones sobre temas de los que conozco poco”

Diane Keaton, mención especial.

Si hay una persona clave en la filmografía de Woody Allen, por encima de Mia Farrow, es Diane Keaton. Es opinión personal, pero el autor corrobora mi teoría. Hablamos de películas tan importantes como Annie Hall, Manhattan, La última noche de Boris Grushenko entre otras. Días de radio, Sueños de un seductor, Interiores. 


Son una dupla fantástica que entendieron el cine bajo el mismo prisma durante mucho tiempo. Fueron amantes, amigos y mucho más que eso, y queda plasmado a lo largo de las páginas del libro.

Mia Farrow, la relación al desnudo.

Hacia los tres cuartos de la obra aparece todo el fandango del que hablaba al inicio de esta reseña. Woody Allen se esmera en detallar al máximo la relación entre ambos, con los hijos, el servicio, los abogados y la prensa. 


Entiendo que debió ser un infierno para todos los implicados, pero como he dicho, personalmente el libro pierde fuerza en esta parte, porque a mí lo que me interesa de Woody Allen es su arte: cine, guiones, libros, ingenio. 


Habrá quien se recree y entiendo su punto de vista. La necesidad de contar su versión.


Soon-Yi, el verdadero amor.

Al hablar de Soon-Yi el lector percibe a un escritor enamorado. Pensando en pasear con ella por Central Park, París, Venecia. Narrando su encierro en el ático en el que vivían mientras la tormenta mediática les acosaba.


Pero hay un factor en todo ello: la estabilidad. Allen siente admiración por su manera de ser. Nadie puede llegar a pensar que hay maldad o malas intenciones en esa relación leyendo este libro.


Homenaje a sus ídolos.

Woody Allen se muestra agradecido por haber podido conocer a sus ídolos y haber trabajado e interactuado con ellos: Arthur MIller, Ingmar Bergman, Tennessee Williams, Kazan, Truffaut, Fellini, García Márquez o el propio Groucho Marx. 


Con todos ellos pudo compartir mesa y mantel, conversaciones, relaciones epistolares y telefónicas. Lo bueno de estar entre los grandes es conocerlos, lo bueno y puede que lo malo.

A propósito de nada, opinión personal

Recomiendo el libro a quienes os guste el personaje, el director, guionista, actor, músico, cómico, y tantas otras cosas. Todo ello con una traducción impecable a cargo de Eduardo Hojman.


Aprender sobre cómo forjó su camino hasta ser el brillante cineasta que es hoy en día y hacerlo en primera persona resulta cautivador para adictos a su obra como quien escribe.


Sobre sus explicaciones en primera persona de alguien que ha sido el centro de los focos en una truculenta y desafortunada historia, Woody Allen pide disculpas al final del libro: “Lamento haber tenido que dedicar tanto espacio a la falsa acusación lanzada contra mí, pero esa situación es como agua para el molino del escritor y añade un fascinante aspecto dramático a una vida que de otra manera sería bastante rutinaria”


Si os gusta el cine de Allen, si queréis pasar un rato, o unos ratos porque son 440 páginas, no dudéis en leerlo. Sea en formato electrónico (pdf o lo que sea) o formato físico. Vais a aprender sobre cine, sobre el mundo del espectáculo y también sobre una manera de escribir, crear, pensar y vivir.


Porque crear, al fin y a la postre, es una manera de vivir.


Valoración: 8.


Buenas noches y buena suerte.


Ficha técnica de A propósito de nada.

Nº de páginas: 440

Editorial: ALIANZA EDITORIAL

Idioma: Castellano.

Encuadernación: Tapa blanda

ISBN: 9788491819950

Año de edición: 2020

Traductor: EDUARDO HOJMAN

Fecha de lanzamiento: 21/05/2020




 Alejados del triunfalismo aliado, en especial del norteamericano, debe ser difícil contar la II Guerra Mundial desde el lado alemán. Aplíquese este axioma al cine y viaje por la historia del cine germano. Vergüenza, secuelas, dolor, muerte, soledad, destrucción. En La lección de alemán (Deutsch Stunde) es difícil no sentir compasión. Pero el cine alemán lo vuelve a hacer:  Hurgar en sus heridas, aplicarles agua salada y mostrarlas al mundo escocidas, pero como magníficas películas. Odas al cine como esta cinta de 2019 dirigida por Christian Schwochow


Estamos ante la adaptación literaria de una novela homónima, un best seller de 1968 del escritor Siegfried Lenz publicado en España por Impedimenta.

Sinopsis.

Tras la II Guerra Mundial, Siggi Jepsen es internado en una institución para educar a los jóvenes difíciles, extraños. La Alemania derrotada tiene que lidiar con cientos de miles de personas con secuelas, no sólo físicas, sino mentales.


Dentro del internado, Siggi debería escribir un ensayo sobre "Los placeres del deber", pero no tiene ni idea de cómo hacerlo. Será maltratado por ello y, finalmente, aislado en una celda con un cuaderno en blanco. 


Desde ese encierro en su celda acuden a él los recuerdos de su infancia: su padre, Jens Ole Jepsen (Ulrich Noethen), un oficial de policía veterano durante los tiempos del III Reich, recibió el encargo de vigilar al pintor expresionista Ludwig Nansen, interpretado por Tobías Moretti, a quien recordaréis de Rex, la serie del perro.


Siggi tengrá que elegir entre un padre al que detesta y un pintor del que está fascinado. Contraponiendo 2 mundos, dos visiones de la vida y dos bandos de una contienda que ya sabemos todos cómo acabó.


La lección de Alemán

Opinión personal sobre La lección de alemán.

Toda la película es  un documento gráfico lleno de dolor. La lección de alemán no es sólo la historia de una represión sobre el mundo artístico. Es la historia del final de una época, de los coletazos de la desesperación, de la rabia contenida por parte de todos. 


Pero también es un homenaje de la Alemania derrotada a todos los que supieron perder, a quienes fueron cómplices y a quienes vivieron en silencio con los cómplices o atenazados por el miedo a la brutal represión.


En Ludwig Nansen se rinde homenaje a todos esos artistas maltratados, represaliados o asesinados por el régimen nazi. En muchos casos confluyen la persecución por su dedicación al arte y por la orientación sexual. Y la posición de la sociedad alemana del III Reich queda muy bien representada en La lección de alemán.


Pese a ser una película de retaguardia, los momentos llenos de tensión son enormes. y creo que es una de esas películas que merecen ser vistas con atención. Hay detalles que traspasan el primer plano, segundos planos de pinturas, imágenes, rostros de espectadores de las escenas que acaban por dotar de un realismo.


Hay tanto simbolismo en todas y cada una de las escenas que uno no puede más que enamorarse de la crudeza de esta película. Sentir compasión por Siggi y lástima ante tanta violencia, no sólo física.


La fotografía de La lección de alemán es otro de los puntos fuertes de la cinta.. Certera, adecuada para cada momento. Este es uno de los rasgos del buen cine alemán de los últimos años.


La confrontación padres hijos se hace más patente al mezclarse con el factor bélico. A nadie se le escapa que este es un tema muy manido a lo largo de la Historia del cine, pero con el cóctel adecuado de elementos logra tener una potencia artística digna de mención. Y lo logra enfrentando al pequeño Seggi a un dilema, escoger entre la amistad y su padre.



Aunque no estamos ante una de las grandes películas de la historia del cine, sí recomiendo su visionado. Los motivos morales, la fotografía, la trama y el ritmo hacen de ella una película recomendable. La tenéis (julio de 2021) en Movistar y Amazon. Valoración: 7.2.


Buenas noches y buena suerte.




 Una de las mejores decisiones que he tomado en tiempos de pandemia ha sido suscribirme a Filmin. No es el tema principal que hoy nos ocupa, lo trataré otro día, pero en casa nos está regalando grandes momentos de cine y de series. Hoy voy a hablar de “El viaje”, The journey es su título original. Una de las últimas películas vistas en esta plataforma.

Algunos datos sobre El viaje.

El viaje es una película británica de 2016.

Duración:

94 minutos.

Director:

Nick Hamm. De quien no tenemos excesivos datos en España. Un director poco conocido por estas latitudes y con cintas discretas a tenor de las valoraciones de las mismas en plataformas como filmaffinity e Imdb. Entre ellas figuran Killing Bono, The hole o Driven: El origen de la leyenda.

Guión de Colin Bateman y fotografía a cargo de Greg Gardiner.

Reparto.

Entre los actores contratados para el film destaca la gran caracterización de los principales personajes por Colm Meaney, Timothy Spall. Figuran personajes conocidos como Freddie Highmore, el protagonista de la serie The good doctor, que hace las veces de chófer en el mencionado viaje.

El ex primer ministro británico Tony Blair es interpretado Toby Stephens. También aparecen John Hurt, Catherine McCormack, Ian McElhinney, e Ian Beattie, quien actúa en el papel de Gerry Addams.


Sinopsis de El viaje. Vista la película completa en español. 

Los atentados del IRA, el movimiento nacionalista que os narramos en su día en El sueño del celta de Mario Vargas Llosa, la guerra que se provocó entre unionistas y partidarios de la independencia de Irlanda del Norte, han sido caladeros recurrentes de las historias de Cine en los últimos años. Fruto del final del conflicto también se han grabado distintas películas, como es el caso de El viaje.

En 2006 se desarrollaron negociaciones entre los dos bandos implicados en el conflicto norirlandés. Auspiciadas por Tony Blair líderes unionistas y del Sinn Fein se reunieron para tratar de cerrar una herida de décadas. Las delegaciones estaban comandadas por enemigos acérrimos: el líder del Sinn Fein. Martin McGuinness. y el implacable unionista Ian Paisley, 

El líder unionista, Ian Paisley, conocido también como reverendo Ian Paisley,​ Doc, Doctor No, the Big Ian o the Big Man, ha de asistir a sus bodas de oro

El protocolo obliga a Paisley a viajar con alguien de la delegación del Sinn Fein, así se evitarían atentados. El encargado es Mc Guinness, quien se subirá al coche camino del aeropuerto antes de que una tormenta impida su vuelta a casa en jet privado. En ese viaje se producen situaciones de todo tipo que acabaron por decantar el curso de la historia.

Tráiler de la película El viaje.

Te compartimos el tráiler de la película para que, si dudas sobre nosotros, o no te quedas convencido con nuestro resumen, puedas echarle un vistazo y tratar de “extraer” tus propias conclusiones.




Dónde ver "El viaje".

Como se ha comentado, la tenéis disponible en Filmin.

También podéis comprarla en DVD.


Crítica.

¿Qué es lo que la wikipedia no te contará de la película El viaje?

Pues la verdad es que poco. Aunque te pueda parecer broma, a fecha de hoy, enero de 2021, wikipedia no tiene una página para esta película en español. Debe ser que nadie todavía se ha preocupado por esta cinta de Nick Hamm.

¿Qué se dice de El viaje en Imdb?

La valoración de El viaje (The Journey) en Imdb es de 6.6 sobre 10. Cosecha muy buenas críticas, aunque ya sabéis que esto es muy particular. Más adelante os contamos la nuestra.

¿Qué opinan de El viaje en filmaffinity?

En filmaffinity, ya sabéis que es algo más de nuestro entorno, la película obtiene un escaso 6.2. La crítica patria, recogida en esta web, no está en general, muy por la labor de dar buena puntuación a El viaje. Pero sobre críticos españoles se podría hablar largo y tendido. Muy benévolos con historias mucho peores por el hecho de ser de aquí.

Premios.

La película formó parte del cartel de la Sección oficial del Festival de Venecia en 2016, fuera de concurso.

Colm Meaney obtuvo un premio IFTA (Irish Film and Television Awards) al mejor actor en 2017 por su interpretación de Martin McGuinness.

Además obtuvo 2 nominaciones. Una en el Gran Premio Internazionale del Doppiaggio y otra para Timothy Spall. en el Seattle International Film Festival en la categoría de mejor actor.

Nuestra opinión.

Personalmente, El viaje es una película plagada de una elevada carga emocional, por todo lo que el conflicto supuso. Estamos ante una teatralización de un hecho que aunque sucedió sólo los implicados conocen. 

La grandilocuencia en los diálogos no se acompaña de una simplificación del conflicto, lo cual es de agradecer. No se convierte una contienda de años en un simple guión “a la americana”. Pero el efecto se logra: no separan tantas cosas a seres humanos con posturas políticas a priori irreconciliables. 

Sin duda, los dos protagonistas juegan un papel fundamental. Interpretan la dureza de posiciones y muestran cómo se puede ir cediendo y tratando de situarse en el lugar del otro con su interpretación.

El montaje, el transcurrir de los hechos y la caracterización son los puntos fuertes de una película que no gustará a todo el mundo pero sí ofrece un punto de vista Shakesperiano al espectador. Con dos hombres poderosos debatiendo en un diálogo constante sobre el bien y el mal, o sus percepciones de el bien y el mal.

Mi recomendación es clara. Si podéis verla: hacedlo. La prosperidad y la paz se construyen con ejemplos como los que nos ofrece esta cinta. No tanto por la moraleja, sino por la capacidad de ceder y tratar de avanzar que acaban mostrando los dos protagonistas.

Valoración: 7.


Buenas noches y buena suerte.


A veces nos preguntamos por qué el arte, el cine o la música no innova más, o por qué las innovaciones resultan inefectivas o poco complacientes con los ansiosos consumidores/ espectadores ávidos de novedades. La respuesta, a veces, es que las cosas que funcionan hay que seguir elaborándolas, seguir tocando esa base melódica hasta que se compone otra. Algo así sucede con la última cinta de Guy Ritchie, con un aire  a “Snatch. Cerdos y diamantes” pero adaptado al siglo XXI y con los turbios personajes habiendo prosperado socialmente. Un homenaje a los 20 años de aquella disrupción cinematográfica que merecen ser aplaudidos en pie. Así que vamos con la crítica de “The Gentlemen. Los señores de la mafia”.
“The Gentlemen. Los señores de la mafia" cuenta con un reparto brutal, de esos que te invita a ir al cine, si no fuera por el director y el tráiler (que os dejo para acabar de convenceros). A saber: Matthew McConaughey, Charlie Hunnam, Henry Golding, Michelle Dockery, Jeremy Strong, Colin Farrell, Hugh Grant, etc. La película se estrenó en España el 28 de febrero de 2020. Con guión de  Guy Ritchie (Historia: Guy Ritchie, Ivan Atkinson, Marn Davies), música de Christopher Benstead y fotografía de Alan Stewart.


Sinopsis de The Gentlemen. Los señores de la mafia.

Mickey Pearson (interpretado por Matthew McConaughey) quiere vender su lucrativo negocio del cultivo y la distribución de marihuana. Para ello ha necesitado de la aristoracia británica con enormes granjas, tan enormes como sus deudas, lo cual le ha concedido codearse con determinados sectores de la alta alcurnia. Vive rodeado de lujos, está casado con Ross, una mujer de carácter interpretada magistralmente por Michelle Dockery, y viste como un auténtico Lord. Para la venta del negocio se postula Mathew (Jeremy Strong), un extraño gánster norteamericano de origen judío (ya tenemos el primero de los ingredientes del Guy Ritchie más original), que le ofrece una obscena cantidad de libras.
Por otra parte, Ray (Charlie Hunnam), mano derecha de Pearson, recibe la extraña visita de Fletcher (Hugh Grant), quien trabaja como mercenario para un tabloide sensacionalista británico cuyo director fue afrontado públicamente por Pearson. Fletcher tiene mucha información y tratará de sacar partido de ella chantajeando a Ray y tratando de embaucarle con su privilegiada oratoria.

Crítica de The Gentlemen. Los señores de la mafia.

Va a ser sencillo. Si el espectador quiere pasar un rato divertido con una de gángsters, que vaya al cine. Pero además, no estamos ante una película de gángsters al uso. No hablamos de bajos fondos, salvo por el homenaje velado a Snatch. Cerdos y diamantes, que suponen Coach (Colin Farrell) y su banda de boxeadores en chándal. Estamos mezclando oligarcas rusos, mafia china, tráfico de drogas, sociedad de la información amarillista, granjas, boxeadores, cerdos y la cultura judía, con estos ingredientes y Guy Ritchie al mando pocas cosas pueden salir mal. Y así sucede.
Una de las partes fuertes son los personajes, genialmente edificados, cada cual con su aura particular y con un vestuario como para dejarse el sueldo, sobre todo en lo que a los mafiosos se refiere. La banda sonora es fantástica, con ganas de volver a escucharla, y con ganas de volver a ver esta película, porque sus diálogos son magistrales, la dialéctica toma el mando y ofrece diálogos cargados de flema e ironía que provocan la risa de la sala, una risa sana e inteligente, no se vayan a creer que nos reímos de ver caer a un personaje.
Si analizamos particularmente las interpretaciones, encontramos a un McConaughey cercano a su personaje en El lobo de Wall Street, correcto, sobrio, y con un perfil maduro, alejado de sus inicios. Grata sorpresa es la que se encuentra en Charlie Hunnam, quienes quedamos atrapados por Sons of Anarchy vemos un paso adelante, como si aquel jovencito que conducía motos carísimas y se enfrentaba a bandas hubiera dicho “quiero empezar a codearme con las élites”. Mención especial para Hugh Grant, divertido, locuaz, disfrutando sin presión tras esas gafas de cristales amarillos. Y tampoco olvidar el papel de Colin Farrell, sintiéndose cómodo en el papel de guest star que lo mismo realiza un diálogo genial que reaparte un sopapo. Muy correctos e interesantes Jeremy Strong y Michelle Dockery, más refinados que los mencionados, pero que mantienen el tipo de gángsters de etiqueta y lo hacen con creces.

Opinión personal.

Id al cine. Visionad The Gentlemen. Los señores de la mafia. Quedaréis atrapados por su ritmo, por sus diálogos, por la magia de Guy Ritchie y su genial historia. Ha vuelto el mejor Ritchie, y se marca un homenaje a Snatch. Cerdos y diamantes mucho más refinado, con diálogos mejores pero sin perder de vista aquella transgresora película que quedó como película de culto para toda una generación. La flema británica y la crítica social a la hipócrita alta sociedad británica, cargada con lúgubres secretos y ensuciada por las drogas es otro de los alicientes. Creo que os va a gustar. Si tuviera que darle una nota, sería un 8.
Buenas noches y buena suerte.


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El pasado sábado por la tarde noche nos marcamos una sesión de Autocine en Denia. La primera de las películas del programa era “Día de lluvia en Nueva York”, la última cinta que ha estrenado Woody Allen, la primera desde que los abusos y escándalos del pasado amenazaran con acabar con la carrera del director norteamericano. A Rainy Day in New York, que es su título original, cuenta con guión del propio Allen y fotografía de Vittorio Storaro. La película tiene una duración de 92 minutos, como no podía ser de otra manera. Como es costumbre en los últimos tiempos, os dejo el trailer en español.


Día de lluvia en Nueva York  cuenta con un reparto dispar, en cuanto lo conocido de sus nombres. Los actores y actrices que interpretan los papeles principales son Timothée Chalamet, Elle Fanning, Selena Gomez, Jude Law, Diego Luna, Liev Schreiber, Annaleigh Ashford, Rebecca Hall, Cherry Jones y Will Rogers, entre muchos otros. Woody Allen, que no aparece en esta cinta, vuelve a contar con disparidad de actores, en cuanto a su reconocimiento previo por el gran público.
SINOPSIS: Gatsby Welles (Timothée Chalamet) y Ashleigh (Elle Fanning) son una joven pareja de novios que estudia en una pequeña y desconocida Universidad en el Upstate. Ella viene de Tucson (Arizona) y él es un neoyorquino, ambos de familias acomodadas pero con inquietudes dispares. Ashleigh es reportera para el periódico de la Universidad y concertará una entrevista en la Manhattan, la siempre recurrente Manhattan en el universo Alleniano, con el afamado director Roland Pollard (Liev Schreiber),  que está acabando de montar su última película mientras sufre una acuciante crisis creativa. Gatsby, afortunado jugador de poker, viajará con la joven, reservando en un lujoso hotel de New York con vistas a Central Park para impresionar a la joven. Todo ello sin avisar a su familia, puesto que su madre da una fiesta de la alta sociedad a la que el joven declina asistir poniendo mil excusas antes sus progenitores.
La trama principal de Día de lluvia en Nueva York vuelve a girar sobre una pareja, una vez más en la filmografía de Woody Allen, con inquietudes diferentes. Gatsby es un joven urbanita con un bagaje cultural y unas inquietudes muy alejadas de las de Ashleigh, que cumple, en muchos tramos de la película con el estereotipo de rubia poco avispada y excesivamente inocente. Este viaje abrirá un nuevo camino en su vida a raíz de conocer a Roland Pollard, a su guionista de cabecera, interpretado por un magnífico Jude Law. Gatsby a su vez, vivirá un dilema al encontrarse, por un lado, persiguiendo a Ashleigh y por otro atrapado por la ciudad a la que pertenece.
Sobre la película he leído unas cuantas cosas, algunas no merecen ni ser tenidas en cuenta, ni les voy a dar el gusto de entregarles un enlace saliente. Aquí servidor da su particular visión y la película me gusta, porque Día de lluvia en Nueva York os gustará si os gusta el cine de Woody Allen, ¿que está llena de clichés y de escenas y chistes típicos del director? Obvio, porque cada artista deja su impronta en cada una de sus obras. No pasará a la historia como la mejor de las cintas de Allen, pero es una comedia entretenida, con momentos absurdos e hilarantes y con ese aire de drama personal trascendental acechando a cada uno de los personajes principales. 90 minutos de arte y de cine, de entretenimiento. Insisto que en la actual crisis de creatividad que sufre el cine de nuestro tiempo, encontrar a los grandes directores entregándonos esperanza es algo así como encontrar una fuente en medio de un desierto..
Os recomiendo ir a ver Día de lluvia en Nueva York, por Allen, por Jude Law, porque su reparto al completo está muy en su papel y sus interpretaciones son buenas, por ver a un director entregado a su ciudad. Es una película jovial, que destila pasión por la vida y por el cine, mientras se critica la frivolidad de las élites cinematográficas pero también de las élites económicas y de sus hijos y su manera de comportarse. Id al cine malditos. Y ved la película. Valoración: 7.5.
Buenas noches y buena suerte.




El pasado domingo nos acercamos al Autocine para ver la última de Quentin Tarantino: “Érase una vez en… Hollywood” (Once Upon A Time...in Hollywood). Como hace mucho que no me estiro con críticas cinematográficas, el puñetero mundo de las series y la poca calidad de la gran mayoría de las películas proyectadas en las pocas salas que quedan nos ha alejado a todos un poquito del cine. La película, de 2019, está escrita y dirigida por el propio Tarantino, dura 165 minutos y está coproducida por Sony Pictures Entertainment, Heyday Films y Visiona Romantica. Cuenta con un reparto de lujo, con caras ya conocidas para los amantes del “cine Tarantino”, como es el caso de Brad Pitt, pero también con otras caras muy famosas del nivel de Leonardo DiCaprio, Margot Robbie, Emile Hirsch, Margaret Qualley,Al Pacino, Kurt Russell, Bruce Dern, Timothy Olyphant, Dakota Fanning,Damian Lewis, etc.
“Érase una vez en… Hollywood” está ambientada en Hollywood en la década de los 60, hacia finales de la misma. Narra la historia de Rick Dalton (interpretado por Leonardo DiCaprio), y de su inseparable especialista en escenas peligrosas, Cliff Both (el personaje de Brad Pitt). Dalton protagonizó una teleserie en el pasado ambientada en el lejano Oeste e intenta amoldarse a su nueva realidad ante la decrepitud de su carrera. Los cambios afectarán al mismo tiempo a su doble (Pitt). La vida de Dalton está ligada completamente a Hollywood, donde reside y es vecino de la joven y prometedora actriz y modelo Sharon Tate (Robbie) que acaba de casarse con el prestigioso director Roman Polanski. Para más señas os comparto el trailer en español.

Partiendo de esta premisa, el director, que es quien creó el guión de “Érase una vez en… Hollywood”, reescribe un final alternativo de la historia para aportar un punto de vista muy particular. Eso sí, no faltarán los principales elementos en toda película de Tarantino: diálogos para la historia, frases y chascarrillos a raudales, una banda sonora deliciosa, recreaciones que acaban por enganchar al más pintado y planos como sólo el aclamado director sabe regalar.
Si bien es cierto que el principal reproche que se le puede hacer a esta película es el andar “deambulando” sin un fin aparente durante gran parte del tiempo que dura el largometraje, no es menos cierto que esta recreación puede acabar por hacer disfrutar al espectador de un trabajo que roza el documental en algunos momentos y que no deja de acercarnos la realidad del cine en ese preciso momento de la Historia del séptimo arte. Eso sí, Tarantino no dejará de imprimir su particular sello en cuanto el espectador se despiste.
Tarantino convierte una parte de su película en un homenaje a los westerns de medio pelo, a las teleseries como Bounty Law, que nunca existió pero que parece que puede ser lanzada por el propio director, y a los Spaghetti western. A todos esos actores que acabaron sus carreras cinematográficas en Italia o en Almería, entre otros lugares, rodando películas del Oeste al Este del Atlántico. Dalton pudo ser quien hiciera el papel de Steve McQueen en La gran evasión. Dalton se tiene que enfrentar a sus fantasmas en su papel de villano durante el rodaje de una película, con altibajos personales e interpretativos. Ambos “socios” son fans de series de la época como FBI, de la que también son fans otros personajes de la película.
Tampoco se deja pasar la ocasión para poner de manifiesto el papel del mundo Hippie y de las sectas en la época, con un guiño a Charles Manson y a todo su universo. Y al mismo tiempo, con su propia visión de la película, no deja de rendir un homenaje a la “inocente” Sharon Tate, para la posteridad queda la escena en la que la propia Sharon acude a un cine a ver una de sus películas y disfruta sintiendo que la gente disfruta con su cine. En ese homenaje se recrea en Hollywood, dejando ver que el cine no sería lo mismo sin esa ciudad, en eso creo que estamos todos de acuerdo.
Soy consciente, porque en mi propio grupo de amigos hubo disparidad, de que la película ha suscitado diversidad de opiniones. A mí me gustó. Me parece un bonito homenaje al cine en un momento en el que también se avecinaban cambios. La coyuntura actual para el cine tampoco es mucho mejor: series compitiendo con películas, salas vacías, películas con objetivos comerciales pero con poco fundamento. ¿Está profetizando Quentin Tarantino en “Érase una vez en… Hollywood”? Hay quien dice que esta será la penúltima película de este aclamado director, que en más de una ocasión ha dejado caer que 10 sería la cifra marcada para ello. Yo no lo sé, pero benditas sean sus películas mientras nos dejen bandas sonoras como la de “Érase una vez… en Hollywood”

Podemos discutir sobre el ritmo de la película, yo creo que Tarantino se centró en algo maravilloso como el cine y todos los detalles de honor, gloria o miseria que le acompañan. Mi recomendación es clara: id a ver la película al cine. Gozad con su banda sonora y deleitaros con este sentido homenaje de Tarantino al séptimo arte. Porque una cosa me queda clara: ver los cines llenos, leer en twitter a cientos de personas opinando, ver el aluvión de líneas y publicaciones escritas al respecto, no es más que una clara señal: a la gente le gusta el buen cine, dadle buen cine y las salas se llenarán. Valoración: 8.
Buenas noches y buena suerte.