Sé de buena tinta que ansiábais la segunda parte de este apasionante relato, la parte de la fiesta, la parte de la farra, la parte del desfase... Y aquí la tenéis, con retraso pero con cariño, y no me nace escribir sobre ello, pero antes de seguir con otros enesteres hay que cumplir con lo pactado.
La fiesta de Ibiza debería ser catalogada "LA FIESTA", sin prudencia, sin ser comedidos, por todo lo alto. Sólo daré tres datos: Privilege, una pasada con Manumission, Bora Bora, con su ambiente espectacular en plena playa y la Fiesta del Agua en Es Paradis con este temazo con el que aún se me ponen los "pelos de gallina" (Pedro Delgado dixit): "Seven Nation Army", que hicieron famoso los tiffossi en Alemania 06 con "siamo campioni el mondo" (link obligadísimo!! Por cierto, quiero aprovechar para saludar a la hermana de Zidane, jeje). Os podéis imaginar lo impresionante que es que pare la música en una discoteca y la gente se quede cantando media hora más, eso es Ibiza. Para más detalles venid next year.

Nunca había visitado Ibiza, mira que son años pasando veranos en Denia, punto más cercano por transporte marítimo (hasta que llegó Iscomar). La verdad es que contaban tantas cosas, o muy buenas o muy malas, que a uno le pica la curiosidad entrar ( no vale hacer bromas con esta frase que puede dar mucho de sí). Gracias a nuestro gran amigo Peña, a sus progenitores, que tuvieron a bien invertir en La Isla ( sí sí, con mayúsculas), allá que nos fuimos. Lento pero seguro llegamos: mi primera impresión de la isla fue la de estar allí por segunda vez: EL DESTINO. Recogimos a las mordorianas (algún día escribiré sobre Mordor =Galicia), y nos fuimos al apartamento-zulo.
Despertar en Ibiza es como en cualquier otro lado, si no fuera por tener a Peña en la cama y que al salir al balcón ves que en la piscina hay tres cachondas bañándose con un mísero tanga (uno cada una, no uno para las tres)... EL DESTINO, en mis apartamentos te despierta el jardinero o los niños porculeros, yo pensé: Alá vive cerca y estas son tres de las siete vírgenes esas que promete...
De cala en cala y tiro por que me toca: las playas y calas de Ibiza son bonitas, hay más top-less de normal (empecé a pensar que en Ibiza está prohibido taparse las tetas), más italianos que en El Padrino, el agua está un poco más limpia de lo normal, pero hay algo que me fascinó de las calas de Ibiza: hay claveles flotando! Ahí nos tienes al Peña ya mí como tontos nadando a por ellos para complacer a las hembras (como me encanta llamaros así), tras una carrera digna de Ian Thorpe (con h en mi caso, Peña sin h) entregamos a las damas el preciado obsequio. "Qué buenos somos!", nos mirábamos Peña y yo, cuando de repente: "Esto es de alguien que han echado sus cenizas al mar" (cagüen to' lo que se menea), "¡Devolvedlo, qué mal rollo!". En ese momento entendí cómo se debió quedar Guti cuando Helguera le dijo que se iba al Valencia para estar con Cañizares, ale, echa los claveles... ¡Qué drama!

Para no alargarme en la vuelta al ruedo, y sobretodo, para dejar lo mejor para el final, os emplazo a la segunda parte del capítulo en los próximos días: estad atentos!

NewerStories OlderStories Inicio