Viaje a Praga, guía para ver, oír y comer (Parte IV).

Última entrega de la saga checa en esta bitácora, al menos por el momento, nunca se sabe si volveremos. Esta entrega comienza el penúltimo día por la tarde, y comienza con una tenebrosa historia.

IMGP4927Queríamos ir a Terezin y teníamos varias opciones, una era la cara, pagando más de mil coronas por persona en una excursión guiri con guía, la otra era desplazarse en autobús de línea, para lo cual teníamos que informarnos. Tras un periplo en metro hasta una estación que resultó no ser la adecuada llegamos a la estación que tocaba. Preguntamos y nos dirigieron hacia una caseta barracón a la que entraba un checo de 2x2 (la de la foto). La puerta tenía una ventanita y allí toqué. Lo que voy a reproducir no eran los sonidos exactos, pero nuestro amigo de Informace, que es como rezaba la caseta dijo: “Jruska jruska!!”, no sabíamos lo que decía, el hombre se levantó repitiendo “Jruska, jruska” y finalmente abrió la puerta, “Jruska” debía significar adelante o algo así. Nos dio de mala gana la información y salimos de allí por patas.

El día siguiente, que es lo que nos 442ocupa, cogimos el autobús hacia Terezin, habría un grado, positivo o negativo, pero hacía un frío de mil demonios. En Terezin no había crematorio como en otros campos, lo había pero para incinerar a los muertos. No estamos ante un campo de concentración como el de las películas, eran edificios en los que los judíos vivían hacinados. Además, el campo fue en época napoleónica una fortaleza, en la que los nazis tenían el destacamento y las prisiones. Es curiosa la visita, con un excelente museo, la morgue y con el cementerio nacional de víctimas checas de la II Guerra Mundial. Quien ha estado en otros campos dice que no es para tanto 463pero para nosotros que no habíamos visitado otro nos pareció interesante.

 

Antes de las 15 horas la puntualidad y el excelente servicio de transporte público checo nos tenían de vuelta en Praga. Aprovechamos para dar la última vuelta por Praga, allí compré un ajedrez para 3 jugadores, de forma hexagonal y muy curioso, vimos las últimas campanadas en el reloj y visitamos las partes del centro, exteriores de teatros y plazas en las que aún no habíamos estado. A destacar Ginger y Fred, el dancing building (Tančící dům) de Praga, un edificio increíble.

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Volvimos a cenar un schnitzel a U Medvídků, excelente, y lo compaginamos con una cerveza de más de 10º. Es un restaurante grandísimo, con muchas salas y comida muy variada, el primer día cené pato pero el último me decidí por el plato vienés, pero que en Praga estaba igual de rico, como veis en la foto.

 

A modo de última curiosidad os dejo la fotografía del viaje, en U Medvíků, en nuestra primera visita, una joven sacándose los paluegos, esos restos de comida que se quedan entre los dientes sin ningún pudor. Me impactó, a lo mejor es una costumbre entre los checos y las checas…IMGP4863La muchacha en cuestión es la de la izquierda de la imagen, y sí, lo que tiene en la mano es un palillo, no se ve muy bien pero no podía ser más descarado sin arriesgarme a recibir un bofetón. Aunque para descaradas ella, que no se cortó a la hora de utilizar el palillo en público.

En resumen, un viaje inolvidable, por la compañía, por la ciudad, por la gastronomía, por su encanto y su embrujo. Viaje 100% recomendable. Intentaremos volver.

Buenas Noches y Buena Suerte.

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