Viaje a Argentina. Lo mejor de Iguazú, lado brasileño.

Comenzar la historia de un viaje a un determinado país por otro país no deja de tener su guasa. Pero para llevar un determinado orden en la crónica de nuestros 16 días de viaje, no se me ocurre nada mejor que narrar lo visto en riguroso orden cronológico.
Partimos el día 2 del aeropuerto de Barajas en vuelo de Aerolíneas Argentinas, que llegó, transportándonos sanos y salvos, al Aeropuerto de Ezeiza, desde donde nos trasladamos al Aeroparque para tomar vuelo interno a Iguazú.
Allí tuvimos la primera en la frente, no es que hayamos tenido muchos percances, pero el primero de ellos es que tras haber pagado habitación superior en el Hotel Amerian de la ciudad fronteriza, porque en teoría no quedaban de las normales, nos encontramos con un “ les tenemos que trasladar de hotel por problemas técnicos”. Un overbooking en toda regla. Nos negamos de primeras, y salió el mismo gerente del hotel a contarnos la misma milonga, todo con buenas palabras. Así que nos trasladaron al Hotel Panoramic, eso sí, habitación estándar, segunda mentira del señor gerente del hotel, llamarle señor es regalarle demasiado crédito.
Así que ahí va mi primera recomendación: No reservéis en el hotel Amerian, porque por lo hablado con guías y gente local, la práctica de la sobreventa es algo muy habitual en ese hotel. Así que si no queréis tener sorpresas iniciales, nada de Amerian. Todo este contratiempo provocó que a penas nos diera tiempo a comer una pizza en 10 minutos. Eso sí, una pizza muy rica. Desgranaré la gastronomía típica en entradas independientes.
Tras todo este percance llegó la odisea de cruzar la frontera desde Argentina hasta Brasil. Resulta que por un conflicto diplomático previo, que se saldó con la expulsión de una anciana brasileña en nuestras fronteras, desde el 1 de abril es necesario visado para entrar en el país carioca, o eso, o llevar tarjeta de crédito, lugar de residencia, 100 dólares y pasaporte (en caso de ser turista). Así que, como nadie nos avisó, todos los españoles nos vimos a la espera de acontecimientos.
La guía diciéndome que no fotografiara el puesto fronterizo.La cosa no dejaba de tener su guasa, así que nos hicieron bajar a todos pasaporte en mano, entramos en una garita y nos pusieron en fila, tras esperar 5 minutos de tensa divertida espera, salió un agente que parecía el hijo de Romario. Nos llamó uno a uno y tras identificarnos nos dejaron pasar. En la foto podéis ver a la guía diciéndome que estaba prohibido fotografiar el puesto fronterizo, pero a mí me pareció curioso sacar una instantánea de la garita en la que casi dormimos nuestra primera noche de viaje.
DSCF0167Tras tanta anécdota ya es hora  de entrar en lo que interesa: la parte brasileña de las cataratas de Iguazú. De primeras pediré disculpas a la audiencia, puesto que narrar un espectáculo semejante a las cataratas es complicado. Es casi imposible ser testigo fiel de lo maravilloso del paisaje. Mencionar la presencia de cuatíes, unos animalitos muy curiosos que husmearán por todo el camino vuestros pies, vuestras pisadas y que son totalmente inofensivos.
Pero lo realmente importante es la vista que se tiene desde el lado brasileño de el lado argentino, como bien se dice, los segundos ponen el espectáculo y los primeros el palco. Desde el camino podéis ir viendo diversos saltos como el de Bassetti, Adán, Eva y la Garganta del diablo desde lejos. Esta ruta, que se hace en medio día, fue un anticipo para ir abriendo el apetito, de la espectacular excursión por el lado argentino. Os dejo unas fotos tomadas con nuestra flamante cámara nueva para que os hagáis una idea de lo contemplado, hasta me he animado a poner una en la que salgo. Seguiré contando otro rato.
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Buenas Noches y Buena Suerte.


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