“Victus. Barcelona 1714”, de Albert Sánchez Piñol.

victusReconozco que de cuantas novedades literarias se presentaron este año pasado Victus Barcelona 1714 (Edicions La Campana, 2012) fue una de las que me llamó la atención. Escuché a Marta Echevarría entrevistar al autor en Radio 3 y la verdad es que me gustó eso de que el libro no dejara contenta a ninguna de las partes. Pensé que algo comprometedor para ambos bandos debía contener el libro para que en algo tan peliagudo como fue la Guerra de Sucesión Española, y más en concreto el conflicto catalán, divergieran ambos bandos: los herederos actuales del movimiento austracista, a priori la catalanidad más secesionista, y los herederos del bando borbónico, que podría ser la España más cerrada a negociar cambios en su estatus político, estuvieran en desacuerdo.

La historia de Victus es la historia de Martí Zuviria, un joven perdido que llega por casualidad a Bazoches, donde, también por casualidad, entrará en pugna por ser el elegido por Vauban, el mejor ingeniero militar de la época. El joven Zuvi, que es quien narra sus propias memorias, es torpe, desconfiado, bravucón y cerrado de mente, pero en el castillo Bazoches cambiará todo. Con el tiempo, los acontecimientos precipitarán que vuelva a Barcelona y se vea envuelto en la Guerra de Sucesión, participando en batallas como la de Almansa, y posteriormente llegando al asedio de 1714.

La obra tiene un aire de la mejor picaresca española. Zuvi es un canalla, un cobarde sin escrúpulos que a la mínima va a huir y se va a intentar escaquear de cualquier situación comprometida, los personajes de Nan y Anfán son tres cuartos de lo mismo, y el lenguaje de Martí, que es quien “dicta” sus memorias a su criada Waltraud, es de un personaje malhablado, sin formación académica en lenguas y rozando a veces la jerga más barriobajera. Si bien es cierto que en ocasiones puede exasperar al lector, este artilugio resulta un buen argumento en favor del autor, aunque habría que ver si los tipos del populacho de la Barcelona de 1714 hablaban así.

La novela transcurre por diferentes etapas: Vini, Vidi y Vinci, son las tres partes en las que se divide; pero además el lector podrá apreciar también una especie de “velocidades” distintas. Tiene fases fascinantes, de una narrativa fresca, viva, capaz de enganchar al lector. Pero también tiene fases en las que parece que la obra se detiene, no sé si es buscado pero lo parece, como si el autor quisiera que nos detuviéramos en esa parte de la vida de Martí y de su época. El libro contiene algún error, en la página 134 el autor se refiere a Almansa como “un rincón al oeste de Albacete”, todo lo contrario: Almansa está al este de dicha provincia.

Lo que más me ha fascinado de la obra es el rescate de la picaresca, esta vez en un ambiente bélico, el trabajo de documentación sobre ingeniería militar y, como he dicho, la narrativa de ciertas partes de la obra, fresca y con un interesante argumento. Otro punto a favor es el hablar sin pelos en la lengua de las mezquindades de ambos bandos: los borbónicos sanguinarios y obcecados en una victoria total, vendidos al servicio de Francia y en manos de generales extranjeros que ni miraron por España ni sopesaron las consecuencias de semejante contienda. Pero al bando catalán tampoco lo deja exento de polémica, la pusilanimidad de los felpudos rojos, los diputados de Les Corts,  la desorganización y las prebendas en función de quien fuera el interesado, las traiciones al General Villarroel, la miseria que vivieron los barceloneses o la traición del Archiduque Carlos a sus aliados en la península. Como puntos negativos, no hay muchos, además del mencionado error geográfico, el personaje de Martí puede hacerse cansino en algunos pasajes en los que se pierde el ritmo narrativo en las vicisitudes más personales del protagonista. Pero como digo son los menos.

Podéis encontrar la novela en catalán desde principios de abril de este año en vuestras librerías. Yo la he leído en castellano, que es como se escribió y publicó originalmente, costándole alguna crítica al autor por ello.

Un libro para entender la actualidad, bien harían los acérrimos defensores de una y otra postura en el actual conflicto secesionista catalán en leer esta novela para no repetir los errores de la Historia. Valoración 7.8.

Buenas noches y buena suerte.

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